domingo, 28 de diciembre de 2014

Rumbos

El living lleno de cajas despertó en mí una nostalgia que estaba dormida. Tantos preparativos, tantas cosas lindas por venir no habian dejado mucho tiempo para pensar.
Ya no queda nadie, pensé. Solo silencio y yo. Y una pila de bártulos que crece sin permiso. Ropa, libros, carpetas, cuadernitos y un jazmín que creció acá conmigo. La guitarra se fue ayer, y los banderines duermen en una valija.
Soy la última en irme, porque me cuestan las despedidas. 
Cierro los ojos y escucho voces y risas. Confidencias, proyectos, vestidos de novia y zapatos. Tarta de queso y cebolla y mates de estudio regado de charla. 
Lugar de transición que se hizo hogar para todas las que pasaron por esta casa y siguieron su camino. Por mi parte, casi dos años, que no son nada en la vida pero son mucho, de haber compartido todos los días, uno seguido del otro con sus mañanas y sus noches. Y ahora cada una toma nuevo rumbo. Yo vuelvo a casa, a mi casa. A transitar dias de familia que prepararán el corazón para formar la propia. Y luego ... "dejara a su padre y a su madre..." pero esa ya es otra historia.

viernes, 31 de octubre de 2014


Hubo una vez un amor puro. De miradas limpias y claras. 
Amor de grandes ideales, altos hasta el Cielo. 
De sueños depositados en el corazón ajeno, y esa confianza ciega que nos hace arrojarnos al infinito.

Amor alto y encumbrado, como las montañas del sur. 
De hoyuelos y carcajadas que llegaban hasta las nubes, y recogían sus seres queridos y los ángeles.

Hubo primavera, verano, otoño, invierno y nuevamente primavera. 

Hubo canciones y lágrimas, nacimientos y muertes, viajes y destierros. 

Hubo dos vidas, que fueron una. 
Y hoy hay ramas y frutos de ese árbol que conservan como preciada herencia el recuerdo de la robustez de su tronco, y se alimentan todavía de su savia.






viernes, 4 de julio de 2014

Alegrías compartidas

4 de julio.
Feliz de tu felicidad.
Feliz al ver que después de días y días de camino incansable, ampollas y cansancio, habías llegado.
Lágrimas de una alegría compartida, aunque mediaran entre nosotros miles de kilómetros, casi todos llenos de agua.
Feliz al darme cuenta que me alegraba tanto tu felicidad.



sábado, 10 de mayo de 2014

Apuntes de clases

Me rompo la cabeza tratando de preparar una clase que responda a los cuestionamientos de ese alumno preguntón, inquisidor y algo cizañero que alborota mis clases. Quisiera que lo comprendiera todo de una vez pero ¿Cómo?

Y entre la pila de papeles y libros aparece Castellani, masticando su pipa. Se quita la boina,juega con ella entre sus dedos arrugados y mientras me mira con esos ojos profundos que asoman a través de sus blancas y pobladas cejas me dice: 
-"Ni con elocuencia ni con dialéctica". Tonta, "al que pone objeciones religiosas, ordinariamente hay que recomendarle un catecismo de perseverancia. Ordinariamente habla de lo que no sabe". No le des todo masticado -me aconseja este cura sabio- Que busque, que piense.  Si no tiene interés, la discusión es vana y peligrosa; y si lo tiene pues hay que agudizarle  el hambre de saber.  Y sobre todo, ayudarlo a enamorarse, que es la única manera de comprender al Amor. 


Menuda misión la del maestro. Tamaña tarea que a veces nos excede.

sábado, 5 de abril de 2014

Novia

Tules, sedas, rasos y satenes, en miles de tonos distintos de blanco, que con una música imaginaria van creando formas, estilos y tamaños variadísimos de vestido.
Vestidos de novia.
Sueños de papel y nube hechos en género.
Todas, hasta la más liberal y la mas loca, el espíritu más libre y aventurero, todas somos Susanitas. Aunque en algunas se note menos que en otras. Aunque no todas hayan jugado como yo, y como la niña que conocí el otro día en un jardín, a vestirse de novia con una pollera blanca, unas flores de mamá y una cortina como velo. Sana locura de ideales altos, hasta el Cielo. 
¡Si hubieran oído el relato de esa chiquita de corte carré y carita pícara y angelical! Me contó, en secreto y entre risas, que jugaba a ser novia horas enteras, y era feliz en su imaginación blanca. Pero con amigas imaginadas, porque las de verdad se ríen de esas cosas... 
Niña ojos color café, que nadie te robe tus ideales y tus principios. Que nadie te quite la paz ni la fe. Que no te digan ellos lo que les parece... No escuches al mundo que se ríe del blanco, de los vestidos y del amor para siempre, fundado en el Amor. 
Y si el mundo quiere llenar de lágrimas tus ojos color café, "mira los lirios del campo, que no se fatigan ni hilan.. y si Dios viste así a la hierba..."
Quiera Dios que no se borre nunca esa sonrisa alegre  inocente y radiante. Quiera Dios que llegues con él y sus hijos, hasta el Cielo.



jueves, 30 de enero de 2014

En casa

Hablamos, como si hubiéramos seguido viéndonos todos los días. 
De cosas del funcionamiento de la casa, de mis preocupaciones y las suyas, de recuerdos y proyectos, grandes y pequeños. De libros, de vecinos, de vestidos y tradiciones.
Para todo tiene la palabra justa y el consejo oportuno, y todavía conserva ese don de saber de lo que me pasa por adentro, un poquito mas de lo que cuento. Y eso es bastante que decir. 
Su sabiduría -de esa que llega después de haber vivido un poco. y el optimismo de mi juventud, siguen siendo una buena combinación.  
Pasamos la tarde entera, yendo de la risa a las lágrimas compartidas, del canto a la seriedad. 
Volví  a casa feliz, porque había vuelto a casa. A casa que es mi madre, porque ella es la que hace que un lugar sea "casa". Y supe que cuando un día no pueda verla frente a frente, cuando se haya ido, voy a poder encontrarme con ella en sus flores, en mi risa, en la música, en mis gestos que son los suyos.



martes, 21 de enero de 2014

Descubrir

No confundas su timidez con arrogancia. Ni el no saber qué decir con orgullo, o el hablar de más con altanería. A veces calla de tan llena que tiene de palabras la garganta y a veces habla sin saber en realidad que decir y se enreda.
Pero detrás de todo eso hay una mujer con alma de niña, que no sabe de estrategias calculadas ni de decir una cosa para que se piense otra, a veces un poco tímida y que quizás se complica un poco queriendo ser simple. 
No hagas caso a aquello, e intenta descubrir lo que hay detrás. Que es verdad que disfruta de cada atardecer y nada la hace tan feliz como un viaje en hamaca. Que los jazmines son su flor preferida y el viento en la lluvia le da ganas de bailar. Que los días de otoño la ponen pensativa y un cuaderno nuevo le da sensación de vértigo y alegría. Que el olor a libro viejo la transporta y el mar le tranquiliza el alma. Que le fascinan las luces de una ciudad por la noche, y la luna es su gran confidente. Que su sana locura es real y no aparentada, su risa y su alegría son verdaderas.
Al fin y al cabo, todas nos parecemos un poco a la Rosa del Principito.


jueves, 16 de enero de 2014

Viajero

El paso lento y los ojos llenos de paisajes. Unas zapatillas viejas, un gorro de ala ancha y una mochila llena de banderitas de lugares distintos, desteñida por el sol. Había soñado con un alma libre, pero estaba cansado de caminar. Después de todo, tanta libertad lo habia alejado de sí mismo.
 Se sentó al borde del camino, bajo un molle a contemplar el paisaje. El árbol le daba sombra, y podia sentir una brisa fresca. Hundió sus ojos, como tantas otras veces, en el paisaje. Pero esos cerros eran suyos, esa tierra lo habia visto crecer de niño, y de pronto creyó que toda el agua del río llegaba a sus pupilas. Lloraba sin esfuerzo, y sin darse cuenta casi. Aquel cerro que se veia tan oscuro a lo lejos, tenia el color de la sotana que no se habia atrevido a llevar cuando salió al mundo. Tantos viajes, tanto mundo recorrido, y todo eso no se habia ido, seguía allí en lo más hondo de su alma.
Con la vista nublada todavia, apuro el pucho, y se encaminó decidido hacia la iglesia. Era la hora de la siesta todavia, pero por las dudas golpeo en la casita del cura. Tardó en abrirse la puerta, tanto que el trotamundos casi decide irse. Unos pasos arrastrados, ruido de llaves y alli estaba, el Padre Atanasio. La vieja sotana desteñida y remendada, la cabeza blanqueada por el tiempo y el rostro surcado de arrugas, pero su mirada paternal era la misma. ¡Hijo! Le dijo, reconociéndolo al instante, mientras le daba un abrazo. ¡Padre! Los cerros me han traido de vuelta... quise no mirar... Pero ya no puedo hacerme el zonzo.. entraron los dos a la iglesia, y alli, en un confesionario de madera de cardon, un alma arrepentida y feliz volvió a Casa aquella tarde.

lunes, 6 de enero de 2014

Noche de Reyes



Un vientito fresco entraba por la ventana. Ya era tarde y todavía no me iba a dormir, seguía dando vueltas y mas vueltas por la casa. Fui apagando luces, bajando persianas, y antes de acostarme agarré mis sandalias y las puse bajo la ventana. Como algo lógico y sagrado a la vez. Con la seriedad de quien cumple con un rito, y la alegría de quien mantiene una buena costumbre. Claro, si era noche de reyes, ¿que otra cosa podía hacer? 
Lamenté no tener pastito en mi balcón francés para dejarles un poco a los camellos, y me quedé un rato contemplando el cielo, buscando alguna estrella muy muy brillante, que pudiera parecerse a la de Belén.
Las noches como esta son noches largas, en las que cuesta conciliar el sueño y en vano nos cantan "changos y chinitas duermanse". Pesan los párpados de todos los niños que intentan mantenerse en vela, para ver a estos tres reyes magos que vienen de tan lejos a adorar al Niño. Y bueno, finalmente nos vence el cansancio y quizás, si tenemos un poco de suerte, los vemos en sueños. Así me fui a dormir yo, como cuando era chiquita, pensando en estos sabios personajes de atuendos brillantes, de sedas y brocados, y cabalgadura extraña.
Grande fue mi desilusión a la mañana siguiente, cuando fui a mirar y no había nada dentro de las sandalias, y ni un rastro siquiera de los ansiados visitantes. Me enojé un poquito conmigo misma, mientras pensaba que yo era grande para seguir teniendo en cuenta estas cosas, que la gente crecía y se volvía seria, y yo debía de una vez por todas, hacer lo mismo. 
Desayuné, me vestí y sali. Era temprano, pero quería aprovechar el día. Caminé hasta lo de papa y mama, para regar plantas y ver que la casa estuviera en orden mientras ellos estaban de viaje.
Entré y prendi rapido algunas luces. No me gusta nada ir a casa cuando no hay nadie. Hay un silencio extraño, al que no están acostumbradas esas paredes.
Me acerqué a la ventana para subir la persiana y con sorpresa descubrí unas alpargatas mías viejas sobre la repisa. ¡y sobre ellas había un paquetito! Claro, los Reyes Magos habían ido a donde tenían que ir. Y habían dejado un regalo a una Rochi de rulitos rebeldes, un metro veinte de altura y dos ventanitas en el lugar de las paletas, que dormia despatarrada y apenas tapada, abrazada a un oso marrón.