sábado, 10 de mayo de 2014

Apuntes de clases

Me rompo la cabeza tratando de preparar una clase que responda a los cuestionamientos de ese alumno preguntón, inquisidor y algo cizañero que alborota mis clases. Quisiera que lo comprendiera todo de una vez pero ¿Cómo?

Y entre la pila de papeles y libros aparece Castellani, masticando su pipa. Se quita la boina,juega con ella entre sus dedos arrugados y mientras me mira con esos ojos profundos que asoman a través de sus blancas y pobladas cejas me dice: 
-"Ni con elocuencia ni con dialéctica". Tonta, "al que pone objeciones religiosas, ordinariamente hay que recomendarle un catecismo de perseverancia. Ordinariamente habla de lo que no sabe". No le des todo masticado -me aconseja este cura sabio- Que busque, que piense.  Si no tiene interés, la discusión es vana y peligrosa; y si lo tiene pues hay que agudizarle  el hambre de saber.  Y sobre todo, ayudarlo a enamorarse, que es la única manera de comprender al Amor. 


Menuda misión la del maestro. Tamaña tarea que a veces nos excede.

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