viernes, 29 de marzo de 2019

Las Tres Marías

¿Qué miran las Tres Marías asomadas a la cuna? 
Contemplan a un Niño Dios, arrobadas de ternura.
No comprenden ayer ni hoy, lo profundo del Misterio, 
¡Que se haya hecho un bebito Aquél que es de todo Dueño!
Contemplan y luego corren, y juegan hasta cansarse. La casa de los abuelos las reune tantas tardes... 
Juegan al polyladron, a escondidas y a ser madres, 
peinan una muñeca y en hamaca hacen mil viajes. 
Ni se imaginan que un día, los juegos se acabarán
 y aquellos brazos gorditos que acunaban pensamientos, 
sostendrán niños pequeños, salidos de sus entrañas.
Las Tres Marías son madres -don del Cielo inmerecido-, 
y asomadas a una cuna, se asoman también al Misterio.
28/03/2019

miércoles, 20 de marzo de 2019

Tarde de libro


Fue una de esas lindas tardes de café con leche y libro, acurrucada en el sillón. Hay poco de eso ahora... y pensar que cuando iba al colegio era uno de los pequeños placeres que disfrutaba a menudo.
Descansaba como si se hubiera detenido el mundo. Fuera de esas páginas no sucedía nada, excepto cuando el viento abría la ventana.
Agradezco al Cielo esos ratos de paz y sosiego, y  le pido más. Me da pena cuando pasan los días, y los libros me saludan desde los estantes de la biblioteca, esperando que tenga tiempo para ellos. 
Es que los libros están hechos para ser leídos. Cuantas más personas los tengan en sus manos mejor. El libro que queda en un estante, sin ser leído, es un libro que no cumple con su destino. 
Por eso el valor del libro trasciende el valor del papel.
El escritor vuelca historias en papeles, usados a veces del otro lado, en servilletas, o en prolijos cuadernos, pero siempre con la misma intención: que esas palabras lleguen al mundo. ¿Y lleguen para qué? Para abrir las puertas del Misterio.



miércoles, 13 de marzo de 2019

Palabras Limpias

Al mundo le falta un tornillo. Sí.
Y hace mucho lo sabemos y hace más que nos lo anuncian. 
Recorro las calles y quiero huir. Huir de esta avalancha de estiércol de colores que nos invade. Huir de esta tolerancia flacida, que esconde bajo su fofez un odio siniestro a lo simple, a lo claro y a lo cierto.
¿Pero a dónde? 
No podemos. 
Y no debemos. 
Corresponde combatir, y gritar a los cuatro vientos palabras limpias y verdades recias. Educar a nuestros hijos, formar hombres fuertes. Capaces de distinguir un elefante de un árbol, de gozar de un atardecer y sumergirse bajo las olas del mar, sabiendo que todo en este mundo es creación y es DON. 
Palabras limpias y verdades recias. Claridad. Y valentía para desenvainar una espada si es necesario, para defender la redondez del círculo y la existencia de la Luna.