martes, 21 de enero de 2014

Descubrir

No confundas su timidez con arrogancia. Ni el no saber qué decir con orgullo, o el hablar de más con altanería. A veces calla de tan llena que tiene de palabras la garganta y a veces habla sin saber en realidad que decir y se enreda.
Pero detrás de todo eso hay una mujer con alma de niña, que no sabe de estrategias calculadas ni de decir una cosa para que se piense otra, a veces un poco tímida y que quizás se complica un poco queriendo ser simple. 
No hagas caso a aquello, e intenta descubrir lo que hay detrás. Que es verdad que disfruta de cada atardecer y nada la hace tan feliz como un viaje en hamaca. Que los jazmines son su flor preferida y el viento en la lluvia le da ganas de bailar. Que los días de otoño la ponen pensativa y un cuaderno nuevo le da sensación de vértigo y alegría. Que el olor a libro viejo la transporta y el mar le tranquiliza el alma. Que le fascinan las luces de una ciudad por la noche, y la luna es su gran confidente. Que su sana locura es real y no aparentada, su risa y su alegría son verdaderas.
Al fin y al cabo, todas nos parecemos un poco a la Rosa del Principito.


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