miércoles, 21 de septiembre de 2016

Primavera


Era invierno cuando se fue a dormir. Pero amaneció primavera. Porque gracias a Dios, las copas vacías de los árboles, los pies congelados, las mil capas de ropa y los días que comienzan de noche y el frío que pincha las orejas no son para siempre. Él lo pensó todo de manera tal que siempre el crudo invierno devenga primavera. 
Amaneció. Y allí estaban los azares del naranjo recordándole al Principito: "es el tiempo que pasaste con tu Rosa lo q la hace importante". Un crudo invierno. Tres meses nomás. Intensos. Con sus momentos lindos, de chocolate caliente y chimeneas chisporroteando charla. Y después primavera.
Primavera que ríe, esperanzada y serena. Lapachos florecidos, frutillas como rubíes, brotes lustrosos de verde nuevo. Mates vespertinos en el balcón, contemplando un naranjo que se prepara para dar fruto el próximo invierno.