miércoles, 20 de marzo de 2019

Tarde de libro


Fue una de esas lindas tardes de café con leche y libro, acurrucada en el sillón. Hay poco de eso ahora... y pensar que cuando iba al colegio era uno de los pequeños placeres que disfrutaba a menudo.
Descansaba como si se hubiera detenido el mundo. Fuera de esas páginas no sucedía nada, excepto cuando el viento abría la ventana.
Agradezco al Cielo esos ratos de paz y sosiego, y  le pido más. Me da pena cuando pasan los días, y los libros me saludan desde los estantes de la biblioteca, esperando que tenga tiempo para ellos. 
Es que los libros están hechos para ser leídos. Cuantas más personas los tengan en sus manos mejor. El libro que queda en un estante, sin ser leído, es un libro que no cumple con su destino. 
Por eso el valor del libro trasciende el valor del papel.
El escritor vuelca historias en papeles, usados a veces del otro lado, en servilletas, o en prolijos cuadernos, pero siempre con la misma intención: que esas palabras lleguen al mundo. ¿Y lleguen para qué? Para abrir las puertas del Misterio.



4 comentarios:

  1. Como siempre, un placer leerte. ¡Espero que este blog se convierta algún día en un buen libro (no en libro de estante! ).

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  2. Gracias Jose! Me encantaría publicar algo algún día. La cosa es q valga la pena! :)

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  3. Hermoso!!
    Quiero un súper café, libro y sillón

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  4. Siiii!!!!
    Comparto el deseo: q se conviertan en un libro para q otros gocen de esos ratos de paz y sosiego.
    Me encanta leer cosas tan bien escritas!Me produce la misma satisfacción q oír buena música o contemplar un lindo cuadro

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