Desorientada, cayó sobre mí una hojita de plátano.
Despistada como yo -pensé-. No se da cuenta de que estamos todavía en verano.
Se despertó de su siesta, vio el cielo gris, y tan rápido como pudo, se puso el vestido marrón que guardaba para la ocasión, y se zambulló en la vereda.
Sus amigas, verdes aún, reían.
Ella también reía y me contagió su carcajada.
¡¡Fantástico!!! No lo había leído. El mejor cuento corto de los últimos meses. :)
ResponderEliminar